Despertar es el potencial propio en todos los seres y la gnosis es la única llave para atravesar la puerta a la liberación que el Demiurgo y sus arcontes mantienen cerrada a través de los agregados activos y reactivos que esclavizan el Espíritu.

Fragmentos griegos de Oxyrhynchus


evangelio de Tomás

Oxyrh. Pap. 1 (logias 26-33 y 77)

I. ... «y entonces verás de quitar la pajita que está en el ojo de tu hermano» (cf. Lc. 6,42; Mt. 7,5).
II. Jesús: «Si no hacéis abstinencia del mundo, no encontraréis el reino de Dios; y si no observáis el sábado, no veréis al Padre».
III. Dice Jesús: «Estuve en medio del mundo y me dejé ver de ellos en carne; y encontré a todos ebrios y no di con ninguno que estuviera sediento entre ellos».
IV. «Y se aflige mi alma por los hijos de los hombres, porque están ciegos en su corazón y no miran a . . . la pobreza».
V. Dice Jesús: «Donde estén [...], y donde hay uno solo [...] yo estoy con él. Levanta la piedra y allí me encontrarás, hiende el leño y yo allí estoy».
VI. Dice Jesús: «No es acepto un profeta en su patria, ni un médico obra curaciones entre los que le conocen» (cf. Lc. 4,24; Mt. 13,57; Mc. 6,4-5; Jn. 4,44).
VII. Dice Jesús: «Una ciudad edificada sobre la cumbre de un alto monte y fortificada, ni ca[e]r puede, ni estar escondida» (cf. Mt. 5,14).
VIII. Dice Jesús: «Tú escuchas con uno de tus oídos...»

Oxyrh. Pap. 654 (logias 1-6)

... Tales son los [...] discursos que tuvo Jesús, Señor viviente a [...] y a Tomás. Y les dijo: «Todo el que oyere estas palabras, no gustará la muerte».
I. Dice Jesús: «El que busca ... no cese hasta que encuentre; y cuando haya encontrado, se quedará consternado; y consternado, reinará; y en reinando, descansará».
II. Dice Judas: «¿Quiénes son, pues, los que nos arrastran a lo alto del cielo, si es que el reino está en el cielo?» Dice Jesús: «Las aves del cielo, las bestias y todo lo que puede haber bajo la tierra, o sobre ella, y los peces del mar, son los que os arrastran hasta Dios. Y el reino de los cielos dentro de vosotros está. Quien, pues, conozca a Dios, lo encontrará, porque, conociéndole a Él, os conoceréis a vosotros mismos y entenderéis que sois hijos del Padre, el Perfecto, y, a la vez, os daréis cuenta de que sois ciudadanos del cielo. Vosotros sois la ciudad de Dios».
III. Dice Jesús: «El hombre que duda dónde ha de colocarse, no tendrá reparo en preguntar a alguno de sus compañeros sobre su sitio. Si no, tendrá que caer en la cuenta de que muchos primeros serán postreros y los postreros primeros y de que (éstos) solos vivirán».
IV. Dice Jesús: «Todo lo que no está ante tu vista y lo que te está oculto, te será revelado; pues no hay cosa oculta que no llegue a ser manifiesta y sepultada que no se desentierre».
V. Le preguntan sus discípulos y (le) dicen: «¿Cómo ayunaremos y cómo oraremos y cómo haremos limosna y qué observaremos de cosas semejantes?» Díce(les) Jesús: «Mirad, no sea que perdáis la recompensa. No hagáis sino las obras de la verdad. Pues, si hacéis éstas, conoceréis el misterio escondido. Dígoos: Bienaventurado es el que ... »

Oxyrh. Pap. 655 (logias 36-37 y 39)

A. No estéis preocupados desde la mañana hasta la tarde, ni desde la tarde hasta la mañana, ni por vuestra comida, qué vais a comer, ni por vuestro vestido, qué vais a poneros. Mucho más valéis que los lirios, los cuales crecen y no hilan. Teniendo un vestido, ¿por qué [...] también vosotros? (cf. Mt. 6,25-26; Lc. 12,22s.).
¿Quién sería capaz de añadir (algo) a vuestra estatura? Él (Dios) os dará vuestro vestido. (Mt. 6,27; Lc. 12,25). Dícenle sus discípulos: ¿Cuándo te manifestarás a nosotros o cuándo te podremos ver? Díce(les Jesús): Cuando os despojéis (de vuestros vestidos) y no sintáis vergüenza (cf. Gén. 3,7).
[Laguna]
B. Decía: han ocultado las llaves del reino; ellos no entraron ni dejaron pasar a los que entraban (cf. Lc. 11,52; Mt. 23,13).
Pero vosotros sed prudentes como serpientes y sencillos como las palomas (cf. Mt. 10,16).

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