Introducción
1 [...] nos hicimos a la mar. Nos sentíamos unidos en nuestros corazones. Estábamos todos dispuestos a ejecutar el ministerio que el Señor nos había encargado, y llegamos a un acuerdo entre nosotros. Bajamos al mar en un momento oportuno, dispuesto por el Señor. Encontramos un navío fondeado en la costa preparado para partir, y hablamos con los marineros si podríamos embarcarnos con ellos. Mostraron con nosotros una gran amabilidad, según lo dispuesto por el Señor. Y ocurrió que cuando partimos, navegamos un día y una noche. Luego sopló sobre la nave un viento contrario que nos arrastró hacia una pequeña ciudad (en una isla) situada en medio del mar. Yo, Pedro, pregunté el nombre de la ciudad a algunas personas del lugar que se hallaban en el muelle.
2 Nos respondió [un hombre] de aquellos [y nos dijo el nombre] de la ciudad que era [«Inhabitación»], es decir, «Fundamento» [...] paciencia. Su alcalde se hallaba [en el muelle, portando] una palma (en la mano). Y ocurrió que cuando desembarcamos en tierra [con] el equipaje, entré en la ciudad buscando [consejo?] sobre un alojamiento.
Primer encuentro con Litargoel
Salió un hombre que llevaba una vestidura ceñida sobre sus lomos y un cinturón dorado que la ajustaba. (Llevaba) un blanco sudario recogido alrededor del pecho, que le llegaba hasta los hombros y que cubría su cabeza y sus manos. Yo contemplaba a ese hombre porque era hermoso en su forma y figura. Cuatro zonas de su cuerpo miraba: las plantas de sus pies, una parte de su pecho, las palmas de sus manos y su rostro. Esto es lo que pude ver. Había en su mano izquierda una caja de las que suelen emplearse para libros y un bastón de estoraque en su derecha. Su voz resonaba pausadamente mientras gritaba en el ciudad: «Perlas, perlas». Yo pensé que era un habitante de aquella villa. Le hablé así: —Hermano mío y compañero.
3 Me respondió: —[Bie]n has dicho «[hermano] mío [y c]ompañero». ¿Qué [deseas] de mí?.
Le respondí: —[Busco] un alojamiento para mí [y] para mis hermanos, ya que somos forasteros.
Añadió: —Por eso también yo me he apresurado a decir «hermano mío y compañero», porque soy un extranjero como tú.
Cuando hubo dicho estas palabras, gritó: —Perlas, perlas.
Oyeron su voz los ricos de aquella ciudad. (Unos) salieron de sus habitaciones más ocultas; otros, por el contrario, lo contemplaron desde las habitaciones de sus casas; y otros miraban desde las ventanas superiores. Pero vieron que no (podían conseguir) nada de él, porque no llevaba alforja ninguna sobre sus espaldas, ni envoltorio ninguno entre su vestidura o sudario. A causa de su desprecio ni siquiera le preguntaron, y él, por su parte, no se reveló a ellos. Los ricos se volvieron a sus aposentos mientras decían: «Éste se burla de nosotros».
4 Los pobres [de la ciudad] escucharon [su voz, y salieron hacia] el hombre que [vendía las perlas. Le dijeron]: —Por favor, [muéstranos una] perla, para que al menos [podamos verla] con nuestros ojos, ya que somos [pobres], y no tenemos el dinero de su precio para entregártelo. [Enséñanosla], sin embargo, para que podamos decir a nuestros camaradas que [hemos visto] una perla con nuestros propios ojos.
Les respondió así: —Si os es posible, venid a mi ciudad. No sólo la mostraré ante vuestros ojos, sino que os la daré de balde.
Los pobres de aquella ciudad escucharon sus palabras y replicaron: —Puesto que somos mendigos, sabemos que nadie acostumbra a regalar una perla a los mendigos, quienes suelen recibir alimentos y calderilla. Ahora bien, lo que deseamos obtener de tu bondad es que nos muestres la perla ante nuestros ojos. Así podremos decir con orgullo a nuestros camaradas: «Hemos visto una perla con nuestros ojos», ya que (tal cosa) no sucede entre los pobres, especialmente mendigos (como nosotros).
Viaje de Pedro y sus compañeros a la ciudad de Litargoel
Les respondió así: —Si os es posible, venid a mi ciudad. No sólo os enseñaré la perla, sino que os la daré de balde.
Los pobres y los mendigos se alegraron a causa de 5 el [dadivoso] mercader. [Los hombres] (de la ciudad) [preguntaron a Pedro] sobre las penalidades [del camino]. Pe[dr]o respondió [contándoles] lo que habían oído de [las dificultades] del camino, puesto que [experimentarán?] (esas) penalidades en su ministerio. (Luego) dijo (Pedro) al hombre que vendía la perla: —Deseo conocer tu nombre y las penalidades del camino hasta tu ciudad, porque somos forasteros y siervos de Dios, y nos es necesario extender la palabra de Dios en toda ciudad pacíficamente.
Respondió así (el vendedor de perlas): —Si preguntas por mi nombre, es Litargoel, que significa «piedra liviana (que brilla como los ojos de) una gacela». Y la vía hacia la ciudad sobre la que me has preguntado, te la mostraré (también). Cualquier hombre no puede ir por ese camino, salvo el que haya renunciado a todo lo que posee, y ayune diariamente de estación en estación. Porque son numerosos los ladrones y las fieras salvajes en esa vía. Al que lleva pan consigo para el camino, perros negros lo devoran a causa de ese pan. El que lleva un vestido precioso de este mundo lo matan los ladrones 6 [a causa del] vestido. [Al que lleva] agua [lo destrozan] los lobos [por el agua], ya que tienen sed. [Al que] se preocupa de la [carne] y las verduras, lo desgarran loe leo[nes] a causa de la carne. [Si] escapa de los leones, lo cornean los toros a causa de las verduras.
Cuando terminó de decirme [estas] cosas, suspiré en mi interior diciendo: «¡Qué grandes son las penalidades del camino! ¡Ojalá nos diera Jesús fuerza para caminar por él!».
Me miró mientras suspiraba y se entristecía mi rostro. Me dijo: —¿Por qué suspiras si conoces ese nombre, «Jesús», y crees en él? Él es el Gran Poder y lo concede. Porque yo también creo en el Padre que lo envió.
Volví a preguntarle: —¿Cuál es el nombre del lugar al que te vas, tu ciudad?
Me respondió: —El nombre de mi ciudad es «Nueve Puertas». Alabemos a Dios mientras nos ejercitamos pensando que la décima es la cabeza.
Dspués de esto me aparté de él en paz para llamar a mis compañeros. (Entonces) vi unas olas, y grandes y elevados muros que rodeaban los límites de la ciudad. Me admiré de las grandezas que vi. Y observé a un anciano que estaba sentado. Le pregunté el nombre de la ciudad, si en verdad (su nombre) era 7 «Inhabi[tación»] [...]. Me dijo: —[Has dicho] verdad, pues [habitamos] aquí, porque soportamos con paciencia.
[Respondí] así: —Justamente [...] los hombres la han llamado [...] porque las ciudades son habitadas por quienes soportan con paciencia sus tentaciones. Un reino noble saldrá de ellas, pues resisten en medio de las olas y de las angustias de las tormentas. De modo que la ciudad de aquellos que soportan el peso del yugo de la fe será habitada. Y él, (cada uno de sus habitantes), será computado en el reino de los cielos.
Transición a la segunda narración
Me marché apresuradamente y llamé a mis compañeros para entrar en la ciudad de la que nos había hablado Litargoel. Ligados por la fe, abandonamos todas las cosas como él nos había dicho. Nos libramos de los ladrones, puesto que no encontraron sus vestiduras sobre nosotros. Nos escapamos de los lobos, porque no hallaron en nosotros el agua de la que estaban sedientos. Nos libramos de los leones, porque no encontraron en nosotros el deseo de carne. 8 [Nos escapamos de los perros] y de [los toros, porque no encontraron ni pan] ni verduras. [Sentimos una] gran alegría, [con] (ausencia) de preocupaciones en la paz de nuestro Señor. Tomamos un poco de descanso ante la puerta y comentamos entre nosotros cosas que no suponían distracción en este mundo, sino una práctica continuada de la fe.
Segundo encuentro con Litargoel
Mientras hablábamos de los ladrones del camino, de quienes habíamos escapado, he aquí que salió Litargoel. Se había transformado ante nosotros y había tomado la apariencia de un médico. Llevaba bajo su brazo un ungüento de nardo medicinal, y un discípulo le seguía portando una cajita llena de medicinas. Nosotros no lo reconocimos. Pedro respondió y le dijo: —Nos gustaría que nos hicieras un favor, ya que somos extranjeros. Condúcenos a la casa de Litargoel antes de que se haga tarde.
Nos respondió: —Os la mostraré con rectitud de corazón. Pero me admira que conozcáis a ese hombre bueno, pues no se revela a cualquiera, ya que es el hijo de un gran rey. Descansad un poco mientras voy, curo a ese hombre y vengo (de nuevo).
Se dio prisa y volvió 9 rápidamente. (El hombre) dijo a Pedro: —Pedro.
Éste se atemorizó (preguntándose) cómo había llegado a saber que su nombre era Pedro. Pedro respondió al Salvador: —¿De dónde me conoces, puesto que has pronunciado mi nombre?
Respondió Litargoel: —Deseo preguntarte quién te ha dado el nombre de Pedro.
Díjole él: —Jesús, el Cristo, el hijo del Dios viviente, Él me dio este nombre.
Respondió (Litargoel) con estas palabras: —Yo soy (ese). Reconóceme, Pedro.
Desanudó el vestido que le cubría, con el que se había disfrazado ante nosotros, y se nos reveló en verdad como era él. Nos postramos en tierra y lo adoramos nosotros, los once apóstoles. Extendió su mano, nos hizo levantar (y) hablamos con él humildemente. Mientras nuestras cabezas estaban inclinadas hacia el suelo con respeto, le dijimos: —¿Qué quieres que hagamos? Mas otórganos la fuerza para que cumplamos tu voluntad en todo momento.
Él (Jesús) les entregó el ungüento de nardo curativo y la cajita que estaba en las manos del dicípulo, y les impartió la orden 10 siguiente: —Volved a la ciudad de la que habéis salido que es llamada «Inhabitación». Continuad enseñando pacientemente a los que han creído en mi nombre, puesto que yo he tenido paciencia en los sufrimientos de la fe. Yo os otorgaré vuestra recompensa. Dad a los pobres de la ciudad lo que necesiten para que vivan de ello, hasta que yo les dé lo que es superior, lo que os dije que os iba a dar de balde.
Pedro respondió con estas palabras: —Señor, Tú nos has enseñado a renunciar al mundo y a lo que en él hay. Hemos dejado todo por ti. Nos preocupamos (ahora solamente) del alimento de cada día. ¿Dónde podremos encontrar las cosas necesarias que nos pides entregar a los pobres?
El Señor respondió con estas palabras: —¡Oh Pedro!, era necesario que comprendieras la parábola que te he contado. ¿No sabes tú que mi nombre, que tú enseñas, es más valioso que cualquier riqueza y que la sabiduría de Dios es superior al oro, la plata y las piedras preciosas?
La misión universal
Les entregó (la cajita con) los remedios medicinales y les dijo (de nuevo): —Curad a todos los enfermos de la ciudad que han creído 11 [en] mi nombre.
Pedro tuvo miedo de responderle por segunda vez. Se dirigió al que estaba a su lado, que era Juan, (y le dijo): —Habla tú esta vez.
Juan respondió con estas palabras: —Señor: tenemos miedo de pronunciar ante ti multitud de palabras. Pero eres tú el que nos exige que practiquemos esta técnica, aunque nadie nos ha instruido para ser médicos. ¿Cómo, pues, sabremos curar los cuerpos, como tú nos has ordenado?
Le respondió (Jesús): —Has hablado bien, Juan, pues yo sé que los médicos de este mundo acostumbran a curar (las enfermedades) que pertenecen al mundo. (Pero) los médicos del alma sanan los corazones. Curad, pues, los cuerpos primero, de modo que gracias a la potencia curativa que hay en vosotros para curación de los cuerpos sin medicinas de este mundo puedan creer que os es posible también sanar las enfermedades del corazón. Con los ricos de la ciudad, (sin embargo,) esos que no consideran digno saber de mí, sino que se regocijan en su riqueza y en su orgullo, con ésos, pues, 12 no comáis en [sus] casas, ni os amiguéis con ellos, no sea que os hagan partícipes de su parcialidad. Pues muchos toman partido por los ricos en las iglesias, porque son pecadores (también) y proporcionan la ocasión a otros hombres de hacer (lo mismo). Mas vosotros juzgadlos con sabiduría, de modo que vuestro ministerio sea glorificado, y para que Yo y mi nombre sean glorificados también en las iglesias.
Los discípulos respondieron así: —Sí. En verdad esto es lo que conviene hacer.
Se postraron en tiera y lo adoraron. (Pero) él los hizo levantar y se apartó de ellos en paz. Amén.
Despertar es el potencial propio en todos los seres y la gnosis es la única llave para atravesar la puerta a la liberación que el Demiurgo y sus arcontes mantienen cerrada a través de los agregados activos y reactivos que esclavizan el Espíritu.
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Apocalipsis de Santiago
El primer Apocalipsis de Santiago
Encuentro y dialogo de Jesús con Santiago antes de la pasión.
El Señor es el que me ha dicho:
-Atiende, pues, el cumplimiento de mi redención. Te he indicado esto, Santiago, hermano mío, porque no te llamo por azar “hermano mío”. Tú no eres mi hermano de acuerdo con la materia, ni ignoro esto en lo que se refiere a ti, para que si te doy una indicación sepas y entiendas.
“Nada era, salvo El que es. Este es innombrable e indecible. También yo soy innombrable a partir del que es. Igualmente se me ha dado un número de nombres, ambas cosas a partir del que es. Pero yo soy antes que tú. Y ya que has preguntado sobre la feminidad: existía la feminidad, pero no era la feminidad algo anterior. Y ella se ha preparado para sí poderes y divinidades. Pero cuándo he procedido, no existía ella, pues yo soy una imagen del que es. Sin embargo, he manifestado su imagen para que los hijos del que es sepan lo que les es propio y lo que les es extraño. Mira, te revelaré todo en relación con este misterio, pues me aprehenderán pasado mañana. Pero mi redención estará próxima.
Dijo Santiago:
-Rabí, tú has dicho “me aprehenderán”. Yo, por mi parte, ¿qué podré hacer?
Me dijo:
-¡No temas, Santiago! También a ti te aprehenderán. Pero aléjate de Jerusalén. Porque ella es la que da la copa de amargura en todo momento a los hijos de la luz. Es un lugar de residencia de un gran número de arcontes. Pero tu redención se verá libre de ellos […].
Santiago dijo:
-¿Hay, por lo tanto, Rabí, doce hebdómadas y no siete como hay en las Escrituras?
El Señor dijo:
-Santiago, el que ha hablado en esta Escritura no sabía de ella extensamente. Pero yo te revelaré lo que ha provenido del Innumerable. Te daré una indicación sobre su cifra. En cuanto a lo ha provenido del que carece de medida (el dios creador), te daré una indicación sobre su medida.
Santiago, dijo:
-Por lo tanto, Rabí, mira que he sumado su número: son setenta y dos vasos.
Dijo el Señor:
-Estos son los setenta y dos cielos que son sus subordinados. Son las potencias de su poder total. Y ellos se han establecido por sí mismos y son los que se han distribuido por doquier, estando bajo la autoridad de los doce arcontes. El poder inferior de ellos produjo para sí ángeles y ejércitos innumerables […]. Si quieres ahora darles un número, no lo podrás hasta que alejes de ti el razonamiento ciego, esta ligadura que te rodea de carne. Y entonces alcanzarás al que es. Y entonces no serás más Santiago, sino que serás El que es. Y los que son innumerables todos habrán sido todos nombrados.
Santiago dijo:
-Por lo tanto, Rabí, ¿cómo alcanzaré al que es, dado que todos estos poderes y estos ejércitos están armados contra mí?
Me dijo:
-Estos poderes no están armados contra ti, sino que están armados contra otro. Estos poderes están armados contra mí y están armados contra otros poderes […]. Habrá en mi un silencio y un misterio oculto. Sin embargo, me siento temeroso ante su cólera.
Dijo Santiago:
-Rabí, si arman contra ti, ¿no hay reproche? Has venido con conocimiento para amonestar su olvido. Has venido con la memoria para increpar su ignorancia. Pero me he preocupado por ti, porque has descendido en un (mundo de) gran desconocimiento. Pero no has sido contaminado por nada de el. Porque has descendido en el olvido y conservaste la memoria. Caminaste en el barro y no se han manchado tus vestidos, ni has sido enterrado en su lodazal ni te han atrapado. Yo no era como ellos, sino que me he revestido con todo los suyo. Hay en mí como un olvido. Y tengo la memoria de cosas que no son suyas […]. ¿Qué palabra podré pronunciar para escaparme de ellos?
Dijo el Señor:
-Santiago, alabo tu razonamiento y tu temor. Si persistes en esforzarte, no te preocupes por nada mas, salvo por tu redención. Mira, en efecto daré cumplimiento a lo que me ha sido asignado sobre esta tierra como le he dicho desde los cielos. Y te revelaré tu redención.
Dijo Santiago:
-Rabí, ¿Cómo, después de estas cosas, te revelarás de nuevo a nosotros, después que ellos te apresen y que hayas cumplido lo que te ha sido asignado y hayas ascendido hasta El que es?
Dijo el Señor:
-Santiago, después de estas cosas te lo manifestaré todo […]. Y después de esto me manifestaré para amonestar a los arcontes. Y les manifestaré que El es inaprehensible. Si lo aprehenden, entonces se apoderará de cada uno de ellos. Pero ahora me iré. Recuerda lo que te he dicho si se levantan ante ti.
Santiago dijo:
-Señor, me apresuraré como has dicho.
Lo saludo el Señor y dio cumplimiento a lo que era conveniente.
Dialogo de Jesús con Santiago después de la resurrección
Y el Señor se le manifestó. Detuvo, pues, su oración, y lo beso, diciéndole:
-Rabí, te he encontrado. He oído acerca de los sufrimientos que has soportado y he sufrido mucho. Conoces mi compasión. Por este motivo, al reflexionar, no quisiera ver más a este pueblo. Ellos serán juzgados por esto que han hecho. Porque lo que han hecho es contrario a lo que corresponde.
Dijo el Señor:
-Santiago, no te preocupes por mí ni por este pueblo. Yo soy el que estaba en mí. En ningún momento he sufrido en absoluto ni me he afligido. Y este pueblo no me ha hecho ningún daño […]. Puesto que eres un justo de Dios, me has abrazado y me has besado. En verdad te digo: has suscitado una gran cólera y furia contra ti. Pero ha sucedido de este modo para que estos otros existan.
Santiago, empero, era medroso y lloró. Y se afligió mucho. Y se sentaron los doce sobre una piedra.
Le dijo el Señor:
-Santiago, así sufrirás estos pesares, pero no estés triste. Porque la carne es opacada. Ella recibirá lo que para ella se ha establecido […].
Modo de escapar de los arcontes en el ascenso del alma
El Señor le dijo:
-Santiago, mira, te manifestaré tu redención. Si te han aferrado y si has soportado estos sufrimientos, una muchedumbre se armará contra ti para prenderte. Particularmente, sin embargo, tres de ellos se prenderán, los que residen allí como recaudadores. No solo exigen contribución, sino que también atrapan a las almas como despojos. Cuando, por lo tanto, caigas en su poder, uno de ellos, el que en su vigilante, te dirá: “¿Quién eres tú o de dónde eres?”. Le responderás: “Soy un hijo y soy del Padre”. Te dirá: “¿Qué clase de hijo eres y a qué padre perteneces?”. Y le dirás: “Soy del Padre que es preexistente, y un Hijo en el Preexistente”. Cuando llegue a decirte: […] “¿Son cosas ajenas?”. Le dirás: “No son totalmente ajenas, sino que son de Achamot (“hija” del eón Sabiduría), que es la Mujer. Y estas cosas las ha producido cuando hizo descender a esta generación que procede del Preexistente. No son, pues, cosas ajenas, sino que son nuestras. Son nuestras indudablemente, porque la que es su dueña pertenece al Preexistente. Pero son cosas ajenas en tanto que el Preexistente no ha tenido comunicación con ella cuando las produjo”. Cuando igualmente te diga: “¿Adonde irás?”, le dirás: “Al lugar desde sonde he venido, allí volveré”. Y si dices esto, evadirás sus ofensivas […]. Pero yo llamaré al conocimiento incorruptible que es Sabiduría, que existe en el Padre, que es la Madre de Achamot. Carece de padre Achamot y no tiene consorte masculino, sino que es una mujer que proviene de una Mujer. Os produjo sin varón, estando sola y en ignorancia de lo que vive por su Madre, ya que pensaba que existía ella sola. Pero yo clamaré a su Madre. Y entonces se turbarán y censurarán a su raíz y a la generación de su madre […].
Ultimo dialogo con Jesús: Las mujeres, el conocimiento y la masculinización de lo femenino.
Santiago dijo:
-¿Quiénes son estas siete mujeres que han sido tus discípulos?. Y mira que te bendicen las mujeres todas. Yo también estoy admirado como vasos impotentes se han tornado fuertes por una percepción que hay en ellos […]
Dijo el Señor:
-Santiago te alabo […]. Has comenzado, en efecto, a conocer sus raíces desde el comienzo hasta el fin. Arroja lejos de ti toda ilegalidad y estate atento, no vaya a ser que te envidien. Si dices estas palabras de esta percepción, da ánimo a estas cuatro: Salomé y María y Marta y Arsinoe […]. Son primicias de los […] de arriba […] para que se manifieste la potencia de Dios. Lo corruptible ha ascendido hacia lo incorruptible y el elemento de la feminidad ha alcanzado a su elemento de masculinidad […].
Y fue en ese momento inmediatamente y amonestó a los Doce; y arrojó fuera de ellos su satisfacción en lo referente al camino del conocimiento […].
El Evangelio copto apócrifo de Valentín llamado 'de la verdad'
1. El evangelio de la verdad es alegría para quienes han recibido del Padre de la verdad el don de conocerlo, por el poder del Logos quien viene de la plenitud que existe dentro del pensamiento y la mente del Padre. Éste es él quien es llamado el Salvador--el cual es el nombre de la tarea que él ha de hacer para la expiación de quienes no conocían el Nombre del Padre. (Mt 1:21, Jn 17, Hch 4:12)
2. Pues el evangelio es la revelación del esperado, es el descubrimiento de quienes lo buscan. Ya que todos estaban buscando a él de quien habían emergido-- y todos existían dentro de él, el inconcebible incomprensible, él quien existe más allá de todo pensamiento. (Fel 125) Por eso el no conocer al Padre, causaba ansiedad y temor. Entonces la ansiedad se condensó como una neblina, hasta que nadie podía ver.
3. Así el engaño creció fuerte, ideando su materia en vaciedad sin conocimiento de la verdad, preparándose para sustituir una fabricación potente y seductora, en lugar de la verdad. Pero esto no fue ninguna humillación para él, el inconcebible incomprensible. Pues la ansiedad y el olvido y la fabricación engañosa, no eran nada--mientras que la establecida verdad es inmutable, imperturbable y de una belleza inadornable. ¡Por eso despreciad el engaño! No tiene raíces y existía en una neblina referente al Padre, preparando labores y olvidos* y temores, para tentar a ellos de la transición y capturarlos. (*así León Tolstoi, Ana Karénina: "... aquella solución universal que da la vida a todas cuestiones, aun las más complejas y insolubles: hay que vivir en las necesidades del día--es decir, olvidarse")
4. El olvido del engaño no fue hecho como una revelación, no es una obra manual del Padre. El olvido no ocurre bajo la dirección de él, aunque bien sucede a causa de él--ya que lo que existe dentro de él, es conocimiento. Esto se revela para que el olvido se disuelva y el Padre sea conocido. Puesto que el olvido ocurrió porque el Padre no se conocía, después cuando el Padre se conozca ya no habrá más olvido.
5. Este es el evangelio de quien se busca, lo cual él ha revelado a los perfeccionados por las misericordias del Padre como el misterio secreto: ¡Yeshúa el Cristo! Él alumbró a quienes estaban en la oscuridad a causa del olvido. Los iluminó. Les dio un sendero y ese sendero es la verdad que él proclamó.
6. Por eso el engaño se enfureció con él y lo persiguió para suprimirlo y eliminarlo. Fue clavado a un árbol¹; se hizo el fruto de conocer al Padre. No obstante, no causó a quienes lo consumieron que perecieran, sino que a quienes lo consumieron les otorgó un regocijo en tal descubrimiento. Porque él los encontró dentro de sí mismo, y ellos lo encontraron dentro de sí mismos²: el inconcebible incomprensible, el Padre, este perfecto quien creó a la totalidad, dentro de quien la totalidad existe y de quien la totalidad tiene necesidad. Pues él había retenido dentro de sí mismo el perfeccionamiento de ellos, el cual todavía no había conferido en todos ellos. (¹anti-gnóstico: Dt 21:22-23, Jn 19:18, Hch 10:39; ²Jn 14:20)
7. El Padre no es celoso, pues ¿qué envidia podría haber entre él y sus miembros?¹ Por cuanto, si la manera de esta época hubiera prevalecido, no habrían podido venir al Padre, quien retiene dentro de sí mismo la realización de ellos y quien se la confiere a ellos como un retorno a él, con un conocimiento único en perfección. Él es, quien ordenó la totalidad. Y la totalidad se contiene en él y la totalidad tenía necesidad de él. Es semejante a una persona a quien algunos no habían conocido, aunque él desea que lo conozcan y lo amen. Pues ¿de qué carecían todos, excepto el conocimiento del Padre? (Jn 14:9; ¹compárese Mc 15:10)
8. Así él llegó a ser un guía reposado y sosegado en el lugar de instrucción. El Logos vino al medio y habló como el maestro designado para ellos. Se acercaron quienes se consideraban a sí mismos como sabios, poniéndolo a prueba--pero él los avergonzó en su propia vanidad. Lo odiaron, porque no eran verdaderamente sabios. Entonces, después de todos ellos, se acercaron también los niñitos, quienes conocen al Padre. Habiendo sido confirmados, conocieron las formas-del-rostro° del Padre.¹ Conocieron, se conocieron; se glorificaron, glorificaron. El libro viviente de la vida fue revelado dentro del corazón de ellos, éste que se inscribe en el pensamiento y la mente del Padre y que ha existido dentro de su incomprensibilidad desde antes de la fundación de la totalidad. Nadie puede quitar este (libro), porque fue designado para él quien lo tomaría y sería matado². (Mt 18:10; ¹compárese Clemente de Alejandría, Stromata V.6: "Se dice que el Hijo es el rostro del Padre, pues es el revelador del carácter del Padre a los cinco sentidos por vestirse con la carne"; ²anti- gnóstico)
9. Ninguno de los que confiaban en la salvación, podría manifestarse a menos que este libro hubiese venido al medio. Por eso el misericordioso y fiel-- ¡Yeshúa!--con paciencia padeció los sufrimientos para tomar este libro, ya que él sabía que su muerte se haría vida para muchos. Tal como la fortuna del difunto dueño de la propiedad queda en secreto hasta que se abra su legado, igualmente la totalidad quedó escondida mientras el Padre de la totalidad quedaba invisible--éste por quien todas las dimensiones se originan. Por eso se apareció Yeshúa, vestido en aquel libro. (Ap 5:1-5)
10. Él fue clavado a un árbol¹, para publicar el decreto del Padre en la cruz. ¡Oh enseñanza sublime, por la que él se humilló a si mismo hasta la muerte mientras vestido en la vida eterna! Él quitó los trapos de la mortalidad para ponerse esta inmortalidad, la cual nadie tiene el poder de quitársela. Entrando en los espacios vacíos de los terrores, él sacó a quienes habían sido despojados por el olvido. Actuando con conocimiento y perfección, él proclamó lo que hay dentro del corazón [del Padre, para] hacer sabios a quienes han de recibir la enseñanza. Pues quienes son instruidos son los vivientes, inscritos en este libro de la vida, quienes se enseñan referente a sí mismos y reciben a sí mismos por medio del Padre en volverse a él de nuevo. (¹anti-gnóstico: Vrd 6; Dt 21:22-23, Hch 10:39)
Sutra de Issabodhisatvva
EL MEJOR DE LOS HIJOS DE LOS HOMBRES
Documento hallado en Ladakh, bajo tutela budista
Documento hallado en Ladakh, bajo tutela budista
APOCALIPSIS DE PEDRO
Introducción
70 Cuando el Salvador estaba sentado en el Templo, en el (año) trescientos de la edificación y (en el mes) de la consecución de la décima columna, y satisfecho con el número de la Majestad viviente e incorruptible, me dijo:
Primera visión
—Pedro, bienaventurado aquellos de arriba que pertenecen al Padre, que a través mía ha revelado la vida a aquellos que son de la vida, pues yo les he recordado, a ellos que están edificados sobre sólida (base), que oigan mis palabras y que distingan las palabras de la injusticia y el incumplimiento de la ley y las de la justicia, (pues) 71 ellos proceden de arriba, de cada palabra del Pleroma verdadero. (Pues) han sido iluminados con benevolencia por Aquel a quien las potestades buscaron, pero no encontraron, ni fue mencionado en generación ninguna de los profetas.
»Éste ha aparecido ahora entre aquellos, en aquel en quien se ha aparecido, en el Hijo del hombre, exaltado en los cielos arriba, (revelado) con temor de los hombres de esencia semejante. Pero tú mismo, Pedro, sé perfecto de acuerdo con tu nombre para conmigo, el que yo te he escogido, porque de ti he hecho un principio para el resto, a quienes he llamado al conocimiento. Sé fuerte hasta (que venga) el imitador de la justicia, (el imitador) de aquel que ha sido el primero en llamarte. (Pues) te ha llamado para que lo conozcas de un modo bueno en su realización, a causa de la distancia que acontece (haber entre uno y otro)... . (Puedes reconocerlo) en los tendones de sus manos y sus pies, y en la coronación (realizada) por parte de aquellos (que son) de la mediedad, y su cuerpo luminoso que ellos presentan en la esperanza del 72 ministerio a causa de un premio honroso, cuando iba a recriminarte tres veces en aquella noche».
Caracterización de los no gnósticos
Estas cosas dijo (el Salvador) mientras yo veía a unos sacerdotes y al pueblo que corrían hacia nosotros con piedras como para matarnos. Y me aterroricé (pensando) que íbamos a morir. Y me dijo: —Pedro, te he dicho muchas veces que son ciegos que no tienen guía. Si quieres conocer su ceguera, pon tus manos sobre tus ojos de tu vestido, y di lo que ves.
Y cuando lo hice, no vi nada. Dije: —No es posible ver (nada).
Me dijo de nuevo: —Hazlo otra vez.
Y se produjo en mí un gran temor y alegría (a la vez), pues vi una nueva luz más grande que la luz del día. Luego descendió (esta luz) sobre el Salvador, y le conté las cosas que había visto. Y me dijo de nuevo: —Levanta tus manos y escucha lo que dicen 73 los sacerdotes y el pueblo.
Y oí a los sacerdotes mientras estaban sentados con los escribas. Las multitudes gritaban a voces. Cuando escuchó (el Salvador) de mí estas cosas, me dijo: —Agudiza tus oídos y oye lo que están diciendo.
Y escuché de nuevo. Mientras estabas sentado te alababan.
Y cuando le dije estas cosas, el Salvador dijo: —Te he dicho que éstos son ciegos y sordos. Escucha, pues, ahora las cosas que se te está diciendo misteriosamente y consérvalas. No se las digas a los hijos de este mundo, pues blasfemarán contra ti en este mundo, ya que te desconocen, pero te alabarán (cuando tengan) el conocimiento.
Herejías en torno al grupo. Primer conjunto de adversarios gnósticos desviados de la verad originaria
»Pues muchos aceptarán al principio nuestras palabras y se apartarán de ellas luego por el deseo del padre de su error, porque han hecho lo que él ha querido. Pero él (Dios) los revelará en su juicio, es decir, a los servidores de la Palabra. Pero aquellos que resulten 74 mezclados con ellos serán sus prisioneros, pues no tienen percepción. Al no mezclado, al puro y al bueno lo empujan hacia el verdugo, y hacia reino de aquellos que alaban al Cristo en la (pretendida) restauración. Y alaban a los hombres que propagan la mentira, aquellos que vendrán después de ti. Y se unirán al nombre de un muerto, pensando que serán puros (por ese nombre). Pero quedarán muy impurificados y caerán en el nombre del error y en manos de un hombre malvado y astuto, y en dogmas de múltiples formas y serán gobernados en la herejía.
Otro grupo gnóstico
»Ocurrirá, pues, que algunos de ellos blasfemarán de la verdad y proclamarán una doctrina falsa. Y dirán cosas malas unos contra otros. A algunos de ellos se les llamará "aquellos que están en el poder de los arcontes", los (¿que proceden?) de un hombre y una mujer desnuda de formas y (expuesta a) gran variedad de sufrimiento.
»Y 75 ocurrirá que los que dicen estas cosas preguntarán por sueños. Y si afirman que un sueño ha procedido de un demonio, digno de su error, entonces recibirán perdición en vez de incorrupción.
»Pues el mal no puede producir fruto bueno. Pues el lugar del que procede cada uno produce lo que es semejante a sí mismo, pues toda alma no es de la verdad o de la inmortalidad. Cada alma de este eón tiene como destino la muerte, según nuestra opinión, porque es siempre una esclava, pues ha sido creada para (servir a) sus deseos y la destrucción eterna en la que está y de la que procede. Las almas aman alas criaturas de la materia que ha venido con ellas.
»Pero las almas inmortales no se asemejan a éstas, oh Pedro. Y en tanto en cuanto no ha llegado la hora (de la muerte), ocurrirá que (el alma inmortal) se parecerá a una mortal.
Pero no revelará su naturaleza, que es sólo 76 inmortal, y piensa en la inmortalidad.
Tiene fe y anhela abandonar estas cosas.
»Pues la gente no recolecta higos de los espinos o de los abrojos, si son inteligentes, ni uvas de los cardos. Ciertamente, lo que se produce siempre está dentro de aquello de donde procede. Y lo que viene de lo que no es bueno, resulta ser para el alma destrucción y muerte. Pero ésta (el alma inmortal), que llega a ser en el Eterno, se halla en la Vida, y en la Inmortalidad de la vida, a la que se asemeja. Así, pues, todo lo que existe no se disolverá en lo que no existe. Pues la sordera y la ceguera se unirán sólo con sus semejantes.
Otro grupo también gnóstico
»Pero otros se cambiarán de las palabras malas y de los misterios que extravían.
»Algunos que no entienden los misterios, hablan de cosas que no entienden. Pero se jactarán que el misterio de la verdad es sólo de ellos, y con arrogancia 77 llegarán a tal orgullo como para envidiar al alma inmortal que ha resultado ser una prenda. Pues toda potestad, dominación y poder de los eones desea estar con éstos en la creación del mundo, de modo que aquellos (las potestades) que no son, olvidados por los que son, los alaben, aunque no han sido salvados (por las potestades), ni han sido llevados al camino, deseando siempre llegar a ser imperecederos. Pues cuando el alma inmortal se fortalece con el poder de un espíritu intelectual ... inmediatamente, empero, ellos (las potestades) la (al alma inmortal) hacen semejante a uno de aquellos que están extraviados.
Otro grupo no gnóstico
»Pero muchos otros, que se oponen a la verdad y son los mensajeros del error, conspirarán con su error y su ley contra estos pensamientos puros (que proceden de mí), como mirando desde (el siguiente punto de vista), a saber, pensando que el bien y el mal proceden de una (misma raíz). Ellos hacen negocio con 78 mi palabra, y establecen (la existencia de) un Hado severo, bajo el cual la raza de las almas inmortales estará en vano hasta mi parusía. Pues saldrán de ellos... . Y mi perdón de sus pecados en los que caen por culpa de sus adversarios, a los cuales yo rescaté de la esclavitud en la que se encontraban, para darles libertad. (Y obran) a fin de crear un resto de imitación (del verdadero perdón), en nombre de un difunto, que es Hermas, de los primogénitos de la injusticia, a fin de que la luz existente no sea creída por los pequeños. Pero los de esta clase son los operarios que serán arrojados a las tinieblas exteriores, lejos de los hijos de la luz. Pues ni ellos entrarán, ni tampoco lo permiten a aquellos que suben para recibir su liberación.
Otro grupo. También gnósticos, aunque errados
»Y además otros de ellos, que sufren, piensan que llevarán a su perfección 79 la sabiduría de la fraternidad que existe realmente, que es la camaradería espiritual con aquellos unidos en comunión, a través de la cual se revelará el matrimonio de la inmortalidad. Pero (en vez de eso) se manifestará la semejanza de la raza de la fraternidad femenina como una imitación. Éstos son los que oprimen a sus hermanos diciéndoles: "Por medio de esto tiene piedad nuestro Dios, puesto que la salvación nos llega a nosotros (sólo) por esto", y no conocen el castigo de aquellos que se alegran por aquellos que han hecho esto a los pequeños, a los que vieron e hicieron prisioneros.
Otro grupo de adversarios: eclesiásticos
»Y existen (también) otros, de aquellos que están fuera de vuestro número, que se llaman a sí mismos obispos, y también diáconos, como si hubieran recibido la autoridad de Dios. Caen bajo el juicio de los principales (puestos). Esta gente son canales vacíos».
Pero yo dije: —Tengo miedo a causa de lo que me has dicho, a saber que 80 los pequeños son, en nuestra opinión, los espúreos; que hay multitudes, ciertamente, que harán errar a otras multitudes de vivientes y os destrozarán en medio de ellos, y cuando pronuncien tu nombre, les darán crédito.
El Salvador dijo: —Gobernarán sobre los pequeños por un tiempo para ellos determinado en proporción a su error. Y después que se complete el (tiempo de su) error, se renovará el (eón) que nunca envejece, el del pensamiento inmortal, y (los pequeños) gobernarán sobre los que los gobernaron a ellos. Y él (ese eón que no envejece) arrancará la raíz de su error y la expondrá a la vergüenza, y se revelará la desvergüenza que ella tuvo sobre sí, y resultará que éstos (los pequeños) serán inmutables, oh Pedro. ¡Ea, pues! Cumplamos la voluntad del Padre incorruptible. He aquí, pues, que vendrán los que traen el juicio sobre aquellos (los eclesiásticos), y quedarán expuestos a la vergüenza. Pero, en cuanto a mí, no podrán tocarme. Pero tú, oh Pedro, estarás en medio de ellos. No temáis a causa de tu 81 cobardía. Su mente se cerrará, pues el Invisible se les opondrá.
Segunda visión: la crucufixión
Cuando dijo estas cosas, ví cómo ellos lo agarraban de aquel modo. Y dije: —¿Qué veo, oh Señor? ¿Eres tú a quien agarran y eres tú el que te aferras a mí? O ¿quién es ese (que) sonríe alegre sobre el árbol? Y ¿hay otro a quien golpean en pies y manos?
El salvador me dijo: —Aquel al que viste sobre el árbol alegre y sonriente, éste es Jesús, el viviente. Pero este otro, en cuyas manos y pies introducen los clavos, es el carnal, el sustituto, expuesto a la vergüenza, el que existió según la semejanza, ¡míralo a él y a mí!
Pero yo, en cuanto vi, dije: —Señor, nadie te mira. Vayámonos de este lugar.
Pero él me dijo: —Te lo he dicho; deja a los ciegos solos. Y en cuanto a ti, mira cuán poco entienden de lo que dicen. 82 Pues han expuesto a vergüenza al hijo de su gloria en vez de a mi siervo.
Tercera visión: la resurrección
Y vi a uno que se acercaba a nosotros que se parecía a aquel que se reía sobre el árbol.
Estaba (vestido) del Espíritu Santo y es el Salvador. Y hubo una gran luz, inefable, que los rodeó, y una multitud de ángeles inefables e invisible que lo alababa. Y yo soy el que lo ha visto cuando se manifestó el que da gloria. Y me dijo: —Sé fuerte, pues tú eres aquel a quien han sido dados estos misterios, para conocerlos por una revelación, (a saber) que aquel a quien crucificaron los demonios y el recipiente de piedra en el que habitan (los demonios), el (hombre) de Elohim, el de la cruz que está bajo la Ley. Pero aquel que está cerca de él es el Salvador viviente, el que primero estaba en él, al que apresaron y soltaron, que está de pie, alegre, mirando a aquellos que usaron con él violencia, mientras están divididos entre 83 ellos. Por este motivo, se ríe de su falta de visión, sabiendo que son ciegos de nacimiento. Existe, pues, ciertamente, el que toma sobre sí el sufrimiento, pues el cuerpo es el sustituto. Pero lo que liberaron fue mi cuerpo incorpóreo. Pero yo soy el Espíritu intelectual pleno de luz radiante. Al que visteis viniendo sobre mí es nuestro Pleroma intelectual, el que une la luz perfecta con mi Espíritu Santo.
»Éstas cosas, pues, que tú has visto se las presentarás a la otra raza que no es de este mundo. Pues no habrá honor en cualquier hombre que no sea inmortal, sinó sólo en aquellos escogidos de una sustancia inmortal, que se ha manifestado capaz de contener a Aquel que da su abundancia. Por ello digo que "A todo aquel que tiene se le dará y tendrá en plenitud". Pero al que no tiene —que es el hombre de este lugar, que está completamente muerto cuando ha sido apartado de los seres de la creación, de lo que ha sido engendrado, 84 a ese que, si ocurre que se le revela una de las esencias inmortales, piensa que la posee—, le será arrebatado (lo que tiene) y le será añadido a aquel que es.
»Tú, pues, sé animoso y no temas en absoluto. Pues yo estaré contigo para que ninguno de tus enemigos tenga poder sobre ti. La paz sea contigo. ¡Sé fuerte!».
Cuando (Jesús) dijo estas cosas, (Pedro) volvió a sí mismo.
EVANGELIO DE MARÍA MAGDALENA
(Fragmento griego)
«... lo restante del camino, de la
medida justa, del tiempo, del siglo, descanso en silencio». Dicho que hubo
esto, María calló, como si el Salvador le hubiera hablado (solamente) hasta
aquí. Entonces dice Andrés: «Hermanos, qué os parece de lo dicho? Porque yo, de
mi parte, no creo que haya hablado esto el Salvador, pues parecía no estar de
acuerdo con su pensamiento». Pedro dice: «¿Pero es que, preguntado el Señor por
estas cuestiones, iba a hablar a una mujer ocultamente y en secreto para que
todos (la) escucháramos? ¿Acaso iba a querer presentarla como más digna que
nosotros?»
[Laguna]
...del Salvador?». Leví dice a Pedro: «Siempre tienes
la cólera a tu lado, y ahora mismo discutes con la mujer enfrentándote con
ella. Si el Salvador la ha juzgado digna, ¿quién eres tú para despreciarla? De
todas maneras, Él, al verla, la ha amado din duda. Avergoncémonos más bien, y,
revestidos del hombre perfecto, cumplamos aquello que nos fue mandado.
Prediquemos el evangelio sin restringir ni legislar, (sino) como dijo el
Salvador». Terminado que hubo Leví estas palabras, se marchó y se puso a
predicar el evangelio según María.
(Fragmento copto berolinense)
[Faltan las páginas 1-6].
PALABRAS DE JESÚS
La materia y el
mundo
7 [...] entonces, ¿será destruida o no la materia? El
Salvador dijo: «Todas las naturalezas, todas las producciones y todas las
criaturas se hallan implicadas entre sí, y se disolverán otra vez en su propia
raíz, pues la naturaleza de la materia se disuelve en lo que pertenece
únicamente a su naturaleza.Quién tenga oídos para escuchar, que escuche.
La materia y el
pecado
Pedro le dijo: «Puesto que nos lo
has explicado todo, explícanos también esto: ¿cuál es el pecado del mundo?». El
Salvador dijo: «No hay pecado, sin embargo vosotros cometéis pecado cuando
practicáis las obras de la naturaleza del adulterio denominada «pecado». Por
esto el bien vino entre vosotros, hacia lo que es propio de toda naturaleza,
para restaurarla en su raíz».
Prosiguió todavía y dijo: «Por esto
enfermáis y morís, puesto que 8
[practicáis lo que os extravía. Que quien pueda comprender] comprenda. [La
materia engendró] una pasión carente de la semejanza, puesto que procedió de un
acto contra natura. Entonces se produce un trastorno en todo el cuerpo. Por
esto os dije: Estad en armonía (con la naturaleza), y si no estáis en armonía,
sí que estáis en armonía ante las diversas semejanzas de la naturaleza. Quien
tenga oídos para escuchar, que escuche».
Últimos preceptos
Después de decir todo esto, el
Bienaventurado se despidió de todos ellos diciendo: «La paz sea con vosotros,
que mi paz surja entre vosotros. Vigilad para que nadie os extravíe diciendo:
«Helo aquí, belo aquí», pues el hijo del hombre está dentro de vosotros;
seguidlo. Los que lo busquen lo hallarán. Id y proclamad el evangelio del
reino. No 9 impongáis
más preceptos que los que yo he establecido para vosotros, y no deis ninguna
ley, como el legislador, para que no seáis atenazados por ella».
Dicho esto, partió.
INTERMEDIO
Ellos, sin embargo, estaban
entristecidos y lloraban amargamente diciendo: «¿Cómo iremos hacia los gentiles
y predicaremos el evangelio del reino del hijo del hombre? Si no han tenido con
él ninguna consideración, ¿cómo la tendrán con nosotros?».
Entonces Mariam se levantó, los
saludó a todos y dijo a sus hermanos: «No lloréis y no os entristezcáis; no
vaciléis más, pues su gracia descenderá sobre todos vosotros y os protegerá.
Antes bien, alabemos su grandeza, pues nos ha preparado y nos ha hecho
hombres». Dicho esto, Mariam convirtió sus corazones al bien y comenzaron a
comentar las palabras del [Salvador].
10 Pedro dijo: «Mariam, hermana, nosotros sabemos que
el Salvador te apreciaba más que a las demás mujeres. Danos cuenta de las
palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces
y nosotros no, que nosotros no hemos escuchado». Mariam respondió diciendo: «Lo
que está escondido para vosotros os lo anunciare». Entonces comenzó el
siguiente relato:
PALABRAS DE MARÍA MAGDALENA
Visión de María
«Yo —dijo— vi al Señor en una
visión y le dije: «Señor, hoy te he visto en una visión». Él respondió y me
dijo: «Bienaventurada eres, pues no te has turbado al Verme, pues allí donde
está el Intelecto, allí está el tesoro». Yo le dije: «Señor, ahora, el que ve
la visión ¿la ve en alma o en espíritu?». El Salvador respondió y dijo: «No la
ve ni en alma ni en espíritu, sino que es el Intelecto que se halla en medio de
ellos el que ve la visión, y él es el que [...]».
[Laguna: faltan las páginas 11-14].
La ascensión del alma
15 [...] a él, y la Concupiscencia
dijo: «No te he visto bajar y ahora te veo subir. ¿Por qué mientes, si me
perteneces?». El alma respondió diciendo: «Yo te he visto, pero tú no me has
visto ni me has reconocido. Por la vestimenta, que era tuya, y no me
reconociste». Una vez dicho esto, (el alma) se apartó con gran alegría y
seguidamente cayó en manos de la tercera potestad, la llamada Ignorancia. Esta
interrogó al alma diciendo: «¿A dónde vas? En maldad estás atenazada; puesto
que estás dominada, no juzgues». El alma dijo: «¿Por qué me juzgas tú a mí, si
yo no te he juzgado? Yo he sido dominada, pero no he dominado. No he sido
reconocida, pero be sabido que el universo está siendo disuelto,
tanto en las cosas terrenales 16
como en las cosas celestiales».
Una vez el alma hubo sobrepasado la
tercera potestad, continuó ascendiendo y divisó la cuarta potestad, la de siete
formas. La primera forma es la tiniebla; la segunda, la concupiscencia; la
tercera, la ignorancia; la cuarta, la envidia de muerte; la quinta, el reino de
la carne; la sexta, la loca inteligencia de la carne; la séptima, la sabiduría irascible. Estas son las siete
potestades de la ira, las cuales preguntan al alma: «¿De dónde vienes,
homicida? ¿A dónde vas, dueña del espacio?». El alma respondió diciendo: «Lo
que me ata ha sido matado y lo que me atenaza ha sido aniquilado, y mi
concupiscencia se ha disipado y mi ignorancia ha perecido. A un mundo he sido
precipitada 17 desde
un mundo, y a una imagen desde una imagen celestial. La ligadura del olvido
dura un instante. En adelante alcanzaré el reposo del tiempo (kairós),
del tiempo (chrónos), (el reposo) de la eternidad, en silencio».
EPÍLOGO
María Magdalena reveladora de Jesús
Después de decir todo esto, Mariam
permaneció en silencio, dado que el Salvador había hablado con ella hasta aquí.
Entonces, Andrés habló y dijo a los hermanos: «Decid lo que os parece acerca de
lo que ha dicho. Yo, por mi parte, no creo que el Salvador haya dicho estas
cosas. Estas doctrinas son bien extrañas». Pedro respondió hablando de los
mismos temas y les interrogó acerca del Salvador: «¿Ha hablado con una mujer
sin que lo sepamos, y no manifiestamente, de modo que todos debamos volvernos y
escucharla? ¿Es que la ha preferido a nosotros. 18 Entonces Mariam se echó a llorar y dijo a Pedro:
«Pedro, hermano mío, ¿qué piensas? ¿Supones acaso que yo he reflexionado estas
cosas por mí misma o que miento respecto al Salvador?
Entonces Leví habló y
dijo a Pedro: «Pedro, siempre fuiste impulsivo. Ahora te veo ejercitándote contra
una mujer como si fuera un adversario. Sin embargo, si el Salvador la hizo
digna, ¿quién eres tú para rechazarla? Bien cierto es que el Salvador la conoce
perfectamente; por esto la amó más que a nosotros. Más bien, pues,
avergoncémonos y revistámonos del hombre perfecto, partamos tal como nos lo
ordenó y prediquemos el evangelio, sin establecer otro precepto ni otra ley
fuera de lo que dijo el Salvador».
Luego que 19 [Leví hubo dicho estas
palabras], se pusieron en camino para anunciar y predicar.
El evangelio según Mariam.
EVANGELIO DE JUAN
Capítulo 1:1 La enseñanza del Salvador y la revelación de los misterios y las cosas escondidas en el silencio, cosas que él enseñó a su discípulo Juan.
2 Un día, cuando Juan, el hermano de Jaime (los hijos de Zebedeo), subió al templo, sucedió que un fariseo llamado Arimanios se le acercó y le dijo: «¿Dónde está tu Maestro, al que has estado siguiendo?».
3 Juan le dijo: «Ha vuelto al lugar de donde vino».
4 El fariseo le dijo: «Este Nazareno os ha engañado gravemente, ha llenado vuestros oídos de mentiras, ha cerrado vuestras mentes y os ha apartado de las tradiciones de vuestros padres»
5 Cuando yo, Juan, oí estos comentarios, me alejé del templo en busca de un lugar solitario.
6 Estaba muy triste y dije para mis adentros: ¿Cómo fue elegido el Salvador? ¿Por qué fue enviado al mundo por su Padre?
7 ¿Quién es su Padre, el que le envió? ¿A qué clase de reino eterno iremos?
8 Porque, ¿qué nos decía cuando nos dijo: «Este reino eterno al que iréis es una copia del imperecedero reino eterno», mas no nos enseñó qué clase de reino era ése?
9 En el momento en que estaba pensando en esto, he aquí que los cielos se abrieron, toda la creación bajo el cielo se iluminó y el mundo tembló.
10 Tuve miedo y he aquí que vi dentro de la luz un niño de pie a mi lado.
11 Mientras yo miraba él se volvió como una persona mayor. De nuevo cambió su apariencia y fue como la de un sirviente.
12 No era que hubiese varias personas ante mí, sino que había una figura con varias formas dentro de la luz.
13 Estas formas diferentes se hicieron visibles una después de otra y aparecieron tres formas.
14 Él me dijo: «Juan, Juan, ¿por qué dudas? ¿Por qué temes? ¿No estás familiarizado con esta figura?
15 «Entonces ¡no seas pusilánime! Yo estoy contigo siempre.
16 Yo soy el Padre, Yo soy la Madre, Yo soy el Vástago, Yo soy el incorruptible y el inmaculado.
17 He venido a hablarte de lo que es, lo que era, y lo que ha de venir, para que comprendas lo que es invisible y lo que es visible; y para enseñarte sobre la Humanidad perfecta.
18 Alza, pues, ahora tu cabeza, para que comprendas las cosas que te diré hoy, y para que puedas relatar esas cosas a tus amigos espirituales, que son de la raza inconmovible de la Humanidad perfecta».
El Evangelio copto de Felipe
1. Un hebreo hace a un (convertido) hebreo, quien además es llamado de esta manera: novicio (prosélito). Pero un novicio no hace a (otro) novicio. [Algunos] son quienes son [...] y también influyen a otros [para que sean asimilados, mientras que a los demás] les basta que serán. (Ex 12:49)
El Himno de la Perla
El Himno del Alma
• Hechos de Tomás •
• Acto
IX • Capítulos 108-113 •
• Himno
del Apóstol Judas Tomás que se encontraba en la región de los indios •
Cuando era un niño
1
vivía en mi reino en la Casa de mi Padre,
y en la opulencia y abundancia
2
de mis educadores me solazaba,
cuando mis Padres me equiparon
3
y enviaron desde el Oriente,
nuestra Patria.
De las riquezas de nuestro tesoro
4
me prepararon un hato pequeño.
Era abundante, pero tan ligero que
yo solo 5
podía llevarlo:
Oro de Bet'Elayye' y
6
lata de la gran Gazak.
rubíes de la India,
7
ágatas de la región de Kushán.
Me ciñeron con duro acero,
capaz de quebrar el hierro.
Me quitaron la Túnica brillante
que amorosamente Ellos
habían confeccionado para mí,
y la Toga purpúrea
que había sido hecha para mi talla.
Hicieron conmigo un pacto y
lo escribieron en mi corazón
para que no lo olvidara:
" Si desciendes a Egipto
y logras traer la perla única
la que está en el fondo del mar,
cerca de la serpiente sibilante,
[entonces]
vestirás de
nuevo tu Túnica brillante
y la Toga que cae por encima de
ella,
y con tu Hermano, el más próximo a
nuestro rango,
serás heredero de nuestro Reino.
"
Abandoné Oriente y descendí
acompañado de dos guías,
pues el camino era peligroso y
difícil
y yo era joven para recorrerlo.
Atravesé por las fronteras de
Mesena,
lugar de parada de los mercaderes
de oriente,
llegué a la tierra de Babel
y penetré en las murallas de
Sarbug.
Llegué a Egipto y
mis compañeros se separaron de mí.
Fui directo a la serpiente,
y acampé cerca de su morada,
esperando que la pudiera el sueño
y se durmiera y así
poder arrebatarle mi Perla.
Y cuando estaba absolutamente solo,
siendo un extraño para los
compañeros
de mi posada,
vi allí a uno de mi raza,
un hombre libre, un oriental,
joven, hermoso y amable,
hijo de nobles,
y vino y se relacionó conmigo
y lo hice mi amigo íntimo,
un compañero en quien confiar mi
propósito.
Le exhorté a guardarse de los
egipcios
y de unirse a los impuros.
Y me vestí con sus atuendos
para que no sospecharan que había
venido de lejos
para coger la Perla
e impedir que excitaran la
serpiente contra mí.
Pero de alguna manera
se dieron cuenta de que yo no era
un compatriota
y me hicieron comer de sus alimentos.
Olvidé que era hijo de Reyes,
y servía a su rey.
Olvidé la Perla
por la que mis Padres me habían
enviado
y, a causa de la pesadez de sus
alimentos,
caí en un profundo sueño.
Pero esto que me acaecía
fue sabido por mis Padres y se
apenaron por mí
y salió un decreto en nuestro
Reino,
ordenando que todos acudieran a
nuestra Corte,
a los reyes y príncipes de Partia
y a todos los nobles de Oriente,
y determinaron sobre mí
que no fuera abandonado en Egipto.
Me escribieron una carta y
cada noble puso su firma en ella:
" De tu Padre, el Rey de
reyes,
y de tu Madre, la Soberana de Oriente,
y de tu Hermano, nuestro más
cercano en rango,
para ti nuestro hijo, que está en
Egipto, ¡ Saludos ! [ ¡
Paz! ]
¡ Despierta y levántate de tu sueño,
y escucha las palabras de nuestra
carta !
¡ Recuerda que eres hijo de Reyes !
¡ Mira la esclavitud en que has caído !
¡ Recuerda la
Perla por la que
fuiste enviado a Egipto !
Piensa en tu Túnica resplandeciente
y recuerda tu gloriosa Toga,
con la que podrás vestirte y
engalanarte
cuando tu nombre sea leído en el
'Libro de los Valientes' [Héroes]
y junto con tu Hermano, nuestro
Virrey,
estará en nuestro Reino. "
Y mi carta era una carta
que el Rey selló con su mano
derecha
[para preservarla]
de los
malvados, de los hijos de Babel
y de los demonios salvajes de
Sarbug.
Voló [la carta] como un águila,
el rey de todas las aves;
voló y se posó a mi lado,
y toda ella se convirtió en
palabra.
A su voz y al sonido de su murmullo
me desperté y me levanté de mi
sueño.
La tomé y la besé, rompí su sello y
la leí
y las palabras de mi carta,
eran lo mismo que estaba grabado en
mi corazón.
Recordé que era hijo de Reyes
y que mi 'naturaleza libre'
buscaba su linaje.
Recordé la Perla
por la que había sido enviado a
Egipto,
y comencé a encantar
a la terrible serpiente sibilante.
La hice dormir y caer en un sueño
profundo,
cuando pronuncié el Nombre de mi
Padre contra ella,
y el Nombre de mi Hermano,
y el de mi Madre, la Reina de Oriente.
Y le arrebaté la Perla,
y emprendí la vuelta a la Casa de mis Padres.
Me quité el vestido sucio e impuro
y lo abandoné en su país
y me encaminé directamente
hacia la Luz de nuestro país, Oriente.
Y mi carta, la que me despertó,
la tenía ante mí durante el camino,
y lo mismo que me había despertado
con su Voz,
ahora me guiaba con su Luz,
pues la seda real [de la carta] mostraba
su forma luminosa ante mí;
su voz y su guía también me animaba
a apresurarme y su amor me atraía.
Salí atravesando Sarbug,
dejé Babel a mi lado izquierdo,
y llegué a la gran Mesana,
el puerto de los mercaderes
que está a la orilla del mar.
Y mi Túnica brillante [Vestidura de luz],
que yo me había quitado,
y mi toga que la revestía,
desde las cumbres de Hyrcania
mis Padres me las enviaron hasta
allí,
por medio de sus tesoreros,
a los que, por su fidelidad,
se las habían confiado;
pero yo no recordaba su dignidad y
que las había abandonado en mi
juventud
en la Casa de mi Padre.
Pero, repentinamente,
cuando la tuve frente a mí,
la Vestidura
parecía un
espejo de mí mismo.
En toda ella pude verme a mí mismo,
reflejado por entero,
de manera que éramos dos
diferentes,
y de nuevo Uno en una sola forma.
Y también a los tesoreros
que me la habían traído,
del mismo modo los vi,
dos en una sola forma,
un solo Signo real grabado sobre
ellos,
el [Signo] de Aquel que,
por medio de ellos,
me había restituido mi honor y mi
riqueza,
mi adornada túnica brillante,
engalanada con magníficos colores.
con oro y con berilos,
calcedonias y ágatas,
sardónices de variados colores;
ella había sido preparada para
enaltecerla,
todas sus costuras habían sido
festoneadas
con piedras de diamantes,
y la imagen del Rey de reyes,
toda entera, por todo el [tejido]
aparecía bordada en relieve;
y, como la piedra de zafiro,
así sus colores eran variados.
Y nuevamente vi que toda ella [la
Vestidura],
se agitaba sacudida por el
Conocimiento [Gnosis].
Como si de nuevo fuera a hablar,
vi que se preparaba.
Oí el sonido de sus cantos,
que musitaba mientras descendía:
" Soy el más diligente de sus
servidores;
por eso he sido enaltecido ante mi
Padre. "
Y también percibí como mi estatura
crecía al tiempo que realizaba sus
trabajos.
Y con un movimiento regio
fue desplegándose toda ella hacia
mí,
y de la mano de sus portadores
me incitó a tomarla.
Y también mi amor me urgía
para que corriera a su encuentro
y la recibiera.
Entonces extendí [mi mano] y la recibí;
con sus hermosos colores me
engalané,
y quedé completamente cubierto
por mi Toga de brillantes colores.
Me vestí con Ella y fui elevado
a la Corte de la Paz y de la Adoración,
incliné mi cabeza
y adoré el Esplendor de mi Padre
que me la había enviado,
porque yo había cumplido sus
Mandamientos,
y Él también su promesa.
Y en la Corte de sus escribas,
entre sus nobles, fui mezclado,
pues se regocijó por mí, y
me encontraba con Él en su Reino.
Y al son de plegarias
todos sus siervos le alaban.
Prometió también que me presentaría
con Él ante la Corte del Rey de Reyes,
y, con mi ofrenda y mi Perla,
me mostraría junto con Él
ante nuestro Rey.
" Fin del Himno que el
Apóstol Judas Tomás, cantó en prisión "
¿QUÉ ES DIOS? EL EVANGELIO SEGÚN ACHARYA S
Acharya S
La idea que Dios es un varón blanco, de gran tamaño, con una barba flotante que se sienta en el cielo y cuenta el otoño de cada gorrión es absurdo. Pero si por "Dios" uno quiere decir el juego de leyes físicas que gobiernan el universo, entonces claramente sí existe tal Dios. Este Dios es emocionalmente no-satisfactorio... No tiene mucho sentido para orarle a la ley de gravedad.
Carl Sagan
Acabo de leer su ensayo titulado "¿Que es Dios?”, y antes de ver más allá en su sitio Web, me gustaría decirle que lo encontré ser la pieza más auténtica de la escritura espiritual que he leído alguna vez. Tan conciso, un verdadero estímulo reales sin los impedimentos del mito, parábola y simbolismo oculto.
S, Australia
¿Qué es Dios? ¿Dios es un hombre gigante en que una vez encarnó como su propio hijo, hace 2,000 años, a través del útero de una mujer en el Medio Oriente? Ciertamente no. ¿Dios es un hombre que creó todo que vemos? Equivocado, de nuevo. Estas historias son sólo percepciones filtradas a través de la limitada mente humana. No son las últimas verdades.
¿Dios es varón? De ninguna manera. Ésta es una interpretación errónea por el ego masculino.
"Dios" es la Fuerza de Vida
Uno puede pensar en Dios como la fuerza de vida que impregna el cosmos - gravedad o levedad, no le importa. Como un ejemplo de tal energía, uno puede tomar un enchufe y ponerlo en un toma corriente eléctrico - esta "desintegración” es de lo que se trata el volverse espiritual. Uno se conecta con "Dios". Pero piense sobre esa fuerza de vida eléctrica: No tiene ninguna forma. En otras palabras, no es un ser humano. No tiene ningún género; no es un varón. Tiene ningún color; no es blanco. Tiene ningún tamaño y ningún recipiente.
Esa fuerza de vida, o "Dios” no es un hombre blanco gigante, como nos han dicho, que puede encarnar misteriosamente a través del útero de una virgen de cualquier etnia particular. En vez de ser históricos, estos son mitos que son meramente simbólicos para la creación de la materia por medio del espíritu.
En el Lejano Oriente, esta fuerza de vida ha sido discernida como y catalogada como el "Tao". El Tao es la "cosa" que hace que los pájaros canten, que los gatos ronroneen y la savia de los árboles corra. Nosotros también podemos llamarlo "conciencia cósmica”. Simplemente es una energía, o espíritu que satura todas las cosas. Lejos de tener género, como hemos sido guiados a creer, es el principio magnético entre las potencias masculinas y femeninas. También es las polaridades masculina y femenina mismas. Este Gran Espíritu, Tao, o Dios, abarca todas las cosas. Si no está abarcando todo, no es Dios.
Cualquier cosa menos del total no es Dios.
La definición de "Dios" es omnipresencia misma. Nada está fuera de "Dios".
El mecanismo creativo/destructivo de esta fuerza de vida que todo lo abarca puede ser llamada "mente cósmica” o la "mente universal”. Esta mente cósmica proyecta sus pensamientos a formas; por lo tanto, la realidad podría llamarse “Sueño de Dios”. Pero este sueño incluye la fragmentación de lo Divino en objetos aparentemente densos y en entidades que tienen una voluntad e independencia propia.
Como entidades separadas, nosotros estamos, no obstante, conectados atómicamente a esta fuerza de vida, pero el ego individual se separa en un estado de engaño. Esta ilusión, o maya, puede volverse tan fuerte que la creativa fuerza de vida está limitada, y la entidad por medio de la cual existe esta chispa ya no sabe que es “Dios”. Esta ilusión, que puede llamarse "Satanás" si se personifica - es como la existencia crea - separándose a sí misma fuera del todo y presentando la ilusión de los muchos.
Pero esta ilusión/ego/Satán no es nada malo hasta que está tan separado y denso que ya no se ve a sí mismo alrededor, pero ve "otro”, que es entonces, libre para dañar si fuera necesario o si el deseo se despertase.
Espiritualidad Verdadera
La verdadera espiritualidad se define, no por la separación, sino por la unión, unión con el todo, unión con la fuerza de vida, el Gran Espíritu, Tao, o Dios, que está detrás de la creación y la une. Claro, la separación misma también podría pensarse como una experiencia espiritual, en eso de que le da la oportunidad a una alma individual para desarrollarse de verdad.
Con todo ese desarrollo, nosotros regresamos a la omni-dimensionalidad de ser uno con el cosmos. Es una paradoja, sin embargo es una con la cual nos gusta vivir, una que nosotros mismos nos hemos creado como directores de nuestro propio drama. El estar separados y sin embargo infinitos - entonces, éste sería "Dios". Esta unión es éxtasis, que en Griego significa "estar fuera de uno mismo".
Cualquier cosa que imponga límites en una divinidad infinita no es un sistema o experiencia espiritual completa. Cualquier cosa que proyecte forma sobre esta Divinidad sin género, sin raza, sin forma y no jerárquica, no es la última verdad. La última verdad que es "Dios” no puede tener ninguna forma, ningún género, ninguna raza y ninguna jerarquía, en absoluto.
"Dios" No Tiene Forma ni Género
En los sistemas gnósticos o esotéricos de cualquier religión, lo Último siempre se percibe como absolutamente sin forma. La realización de tal Último sin forma es considerado, dentro de estos sistemas, ser la afloración de la conciencia, la maduración del alma y psique. Así, la definición de "Dios" como un figura-padre en el cielo es una de una comprensión más baja en la cual reposa la puerilidad e inmadurez del hombre.
La creación no tiene ningún género, ni lo tiene el creador. “Dios" no sólo es el padre, sino también madre, y abuelo y tía y abuela y tío y primo y hermana y hermano, etc. Si la "Madre de Dios" puede dar el nacimiento a "Dios," ella también debe ser Dios.
¿Puede un ser imperfecto, impío darle luz a un ser perfecto, divino?
Ella también tendría que ser divina, lo cual la convierte en Dios.
En la realidad, detrás de las fábulas, la verdad es que la "Madre de Dios" tampoco tiene ninguna forma, sino simplemente es el aspecto hembra de la creación, cuando el Espíritu-Átomo neutro empieza a dividirse. Los elementos principales del creador/destructor/balanceador son masculinos y femeninos, en iguales proporciones. El perfecto equilibrio del yin/yang es la base de la creación.
No hay jerarquía en el espíritu; por lo tanto, la hembra nunca está en realidad más bajo que el varón, como lo enseñan ciertas "tradiciones religiosas". En los humanos, la densidad crece tan fuerte, el ego es tan potente e intoxicante, que el aspecto del género se vuelve consumidor del todo. Uno está casi completamente definido por el género del recipiente material en el cual es acarreada la conciencia sin género.
Mientras esta ilusión se remedia espiritualmente, en esta dimensión terrestre, esas diferencias permanecen, entre masculino y femenino. El remedio es que la conciencia del individuo, a través de la luz o “realización-de-Dios” reconoce que es masculino y femenino o ninguno de los dos. Es un observador imparcial o “testigo”.
Sin embargo, no necesitamos apresurarnos a mantener un estado sin género para nosotros, puesto que estamos más bien encariñados con el juego entre las polaridades, el cual es a la larga, parte del porqué tomamos el nacimiento.
¡Viva la diferencia!
El Ego, Conciencia e Iluminación
El ego se percibirá a sí mismo como teniendo una experiencia de género (macho-hembra), pero el testigo detrás del ago es una pizarra limpia de pura sensibilidad. Es creación dualística, ambas experiencias sucederán simultáneamente, donde uno puede conocer la unión de la existencia, lo sin género y sin ego, y uno puede disfrutar la separación. La diferencia es una de conciencia.
El individuo despierto, consciente, sabrá en su fuero interno que el/ella es “uno con la creación”, pero también se sabrá creador(a) de su propio drama, ha escogido encarnar en los reinos más densos, más engañosos, por causa de la propia experiencia. Él o ella no tienen ninguna otra razón para encarnar, así como "Dios" o la mente universal, no tiene ninguna razón para crear, salvo para su propio entretenimiento. Una vez un alma iluminada sabe esto, entonces él o ella son libres de crear su propia experiencia y propósito para encarnar.
Esta experiencia es liberación. Es iluminación.
Iluminación, que parece a muchos tan nebulosa, imponente y atemorizante, es muy fácil en sí. No son milagros o trucos de magia, aunque aquellos pueden ser desarrollados si se desean muy fuertemente. La iluminación simplemente es la realización de quién está tirando los cordones del títere de uno. Es la revelación de autonomía para el individuo. Es la concesión del último excedente de la autoridad-divina-Dios sobre el propio ser de uno. Es cuando la mente cósmica creativa y la conciencia individual se unen, cuando la mente de uno se une con el Cosmos. Esta fusión mental va más allá de la mente y penetra las mismas células del ser.
Esta penetración es posible porque la fuerza-de-Dios reside dentro de las células-alma de cada entidad.
Percibiendo lo Divino
Hay muchas prácticas que pueden llevar a la unión o reunión con esta fuerza de vida, el Gran Espíritu, Tao, Dios. Nosotros podemos usar yoga u oración, meditación, cantos o sexo. Nosotros podemos jugar al baloncesto en
Finalmente, no es necesaria ninguna práctica, cuando uno se une con esta "Deidad", cuando uno ha regresado al estado natural de donde el ego humano ha creado la separación. La reunión con esta fuerza de vida es la marca de la verdadera experiencia y sistema religiosa.
Un verdadero sistema religioso no es uno que demanda que le besen los pies a un Dios-ego separado - sin embargo grande y aterrador, de cualquier raza o género - pero uno que conduce a la comunión y unión con la calidad de la divinidad misma.
Dios es BORG -
La unión cósmica de la que hablamos, sin embargo, es voluntaria y no depende de la gracia o fuerza de otro. No es la esclavitud del alma, prescrita por ideologías religiosas que dicen uno debe rendirse a "Dios". Es meramente la experiencia de
Lo que estamos hablando aquí es cuando su mente es inflada, de modo tal que todo su mundo se disuelve y usted está en otro plano completamente, uno que contiene la plenitud del vacío, con sus mundos infinitos – la última paradoja y el mejor parque de diversiones. Ahora, este Orgasmo Cósmico es “Dios”, no la criatura que los sacerdotes describen, que quieren que usted esté rogándole todo el tiempo, mientras camina dormido a través de la vida, como un BORG.
Conociendo este Orgasmo Cósmico realmente le permite ser libre del Dios/BORG. Le permite volverse creador. Y de allí usted regresa a la Tierra y realmente saborea la separación, que también es divina, ya que le permite a usted, a mi, a nosotros, existir – seres individuales teniendo una inmensa serie de, a menudo exquisitas experiencias.
Sabiendo que somos el creador de nuestros propios dramas, sin embargo, nos permite hacer esas experiencias aún más exquisitas y llenas de éxtasis.
HISTORIA DE LA INFANCIA DE JESUS SEGÚN TOMÁS
(Redacción griega)
Preámbulo
I 1.Yo, Tomás Israelita, vengo a anunciaros a todos vosotros, mis hermanos entre los gentiles, para que los conozcáis, los actos de la infancia y los prodigios de Nuestro Señor Jesucristo, cumplidos por él después de su nacimiento en nuestro país. 2.Y he aquí cuál fue su comienzo.
Gorriones hechos con barro
II 1.El niño Jesús, de cinco años de edad, jugaba en el vado de un arroyo, y traía las aguas corrientes a posar, y las tornaba puras en seguida, y con una simple palabra las mandaba. 2. Y, amasando barro, formó doce gorriones, e hizo esto un día de sábado. Y había allí otros muchos niños, que jugaban con él. 3. Y un judío, que había notado lo que hacía Jesús, fue acto seguido, a comunicárselo a su padre José, diciéndole: He aquí que tu hijo está cerca del arroyo, y, habiendo cogido barro, ha compuesto con él doce gorriones, y ha profanado el sábado. 4. Y José se dirigió al lugar que estaba Jesús, lo vio, y le gritó: ¿Por qué haces, en día de sábado, lo que no está permitido hacer? Pero Jesús, dando una palmada, y dirigiéndose a los gorriones, exclamó: Volad. Y los pájaros abrieron sus alas, y volaron, piando con estruendo. 5.Y los judíos quedaron atónitos ante este espectáculo, y fueron a contar a sus jefes lo que habían visto hacer a Jesús.
Muerte del hijo de Anás
III 1.Y el hijo de Anás el escriba se encontraba allí, y, con una rama de sauce, dispersaba las aguas que Jesús había reunido. 2. Y Jesús, viendo lo que ocurría, se encolerizó, y le dijo: Insensato, injusto e impío, ¿qué mal te han hecho estas fosas y estas aguas? He aquí que ahora te secarás como un árbol, y no tendrás ni raíz, ni hojas, ni fruto. 3. E inmediatamente aquel niño se secó por entero. Y Jesús se fue de allí, y volvió a la casa de José. Pero los padres del muchacho muerto lo tomaron en sus brazos, llorando su juventud, y lo llevaron a José, a quien reprocharon tener un hijo que hacía tales cosas.
Castigo infligido por Jesús a un niño
IV 1.Otra vez, Jesús atravesaba la aldea, y un niño que corría, chocó en su espalda. Y Jesús, irritado, exclamó: No continuarás tu camino. Y, acto seguido, el niño cayó muerto. Y algunas personas, que habían visto lo ocurrido, se preguntaron: ¿De dónde procede este niño, que cada una de sus palabras se realiza tan pronto? 2. Y los padres del niño muerto fueron a encontrar a José, y se le quejaron, diciendo: Con semejante hijo no puedes habitar con nosotros en la aldea, donde debes enseñarle a bendecir, y no a maldecir, porque mata a nuestros hijos.
José reprende a Jesús
V 1.Y José tomó a su hijo aparte, y lo reprendió, diciendo: ¿Por qué obras así? Estas gentes sufren, y nos odian, y nos persiguen. Y Jesús respondió: Sé que las palabras que pronuncias no son tuyas. Sin embargo, me callaré a causa de ti. Pero ellos sufrirán su castigo. Y, sin demora, los que lo acusaban, quedaron ciegos. 2. Y los que vieron esto, vacilantes y atónitos, decían de Jesús que toda palabra que pronunciaba, buena o mala, se cumplía, y producía un milagro. Y, cuando hubieron visto que Jesús hacía cosas semejantes, José se levantó, lo agarró por la oreja, y se la estiró con fuerza. 3. Pero el niño se enfadó, y le dijo: Bien fácil te es buscar sin encontrar, y acabas de obrar como un insensato. ¿Ignoras que te pertenezco? No me hagas daño.
Exposición del alfabeto
VI 1. Y un maestro de escuela, llamado Zaqueo, que se encontraba allí, oyó a Jesús hablar así a su padre, y lo sorprendió mucho que un niño se expresase de aquella manera. 2. Y, algunos días después, se acercó a José, y le dijo: Tienes un hijo dotado de buen sentido e inteligencia. Confíalo a mi cuidado, para que aprenda las letras, y, con las letras, le enseñaré toda ciencia. Y también le enseñaré a saludar a los mayores, a honrarlos como antepasados, a respetarlos como padres, y a amar a los de su edad. 3. Y le escribió todas las letras del alfabeto desde Alpha hasta Omega muy puntualmente y con toda claridad. Mas Jesús, mirando a Zaqueo, le dijo: Tú, que no conoces la naturaleza del Alpha, ¿cómo quieres enseñar a los demás la Beta? Hipócrita, enseña primero el Alpha, si sabes, y después te creeremos respecto a la Beta. Luego se puso a discutir con el maestro de escuela sobre las primeras letras, y Zaqueo no pudo contestarle. 4. Y, en presencia de muchas personas, el niño dijo a Zaqueo: Observa, maestro, la disposición de la primera letra, y nota cómo hay líneas y un rasgo mediano que atraviesa las líneas que tú ves comunes y reunidas, y cómo la parte superior avanza y las reúne de nuevo, triples y homogéneas, principales y subordinadas, de igual medida. Tales son las líneas del Alpha.
Perplejidad de Zaqueo
VII 1. Y, cuando Zaqueo, el maestro de escuela, oyó al niño exponer las alegorías tan numerosas y tan grandes de la primera letra, quedó perplejo ante tal respuesta y ante tal enseñanza, y dijo a los asistentes: ¡Desventurado de mí, a qué extremo me veo reducido! Me he cubierto de vergüenza, al traer a mi escuela a este muchacho. 2. Así, pues, hermano José, te ruego que lo lleves contigo, porque no puedo soportar la severidad de su mirada, ni penetrar el sentido de su palabra en modo alguno. Este niño no ha nacido en la tierra, es capaz de domar el fuego mismo, y quizá ha sido engendrado antes de la creación del mundo. ¿Qué vientre lo ha llevado? ¿Qué pecho lo ha nutrido? Lo ignoro. ¡Ay, amigo mío, tu hijo me pone fuera de mí, y no puedo seguir su pensamiento! Me he equivocado en absoluto. Yo quería tener en él un discípulo, y me he encontrado con que tengo en él un maestro. 3. Me doy cuenta de mi oprobio, amigos míos, porque yo, que soy un viejo, he sido vencido por un niño. Y no me queda sino abandonarme al desaliento o a la muerte, a causa de este niño, ya que no puedo, en este momento, mirarlo cara a cara. ¿Qué responderé, cuando digan todos que he sido derrotado por un pequeñuelo? ¿Y qué podré explicar acerca de lo que él me ha dicho de las líneas de la primera raya? No lo sé, amigos míos, por cuanto no conozco, ni el comienzo, ni el fin, de este niño. 4. Así, pues, hermano José, te ruego que lo lleves contigo a tu casa. Es algo muy grande, sin duda: un dios, un ángel o algo parecido.
Conclusión de la historia de Zaqueo
VIII 1. Y, mientras los judíos daban consejos a Zaqueo, el niño rompió a reír, y dijo: Ahora que tu aventura produce sus frutos, y que los ciegos de corazón ven, he aquí que yo vengo de lo alto para maldecirlos, y para llamarlos a lo alto, como me lo ordenó el que me ha enviado a causa de vosotros. 2. Y, cuando el niño hubo acabado de hablar, pronto todos los que habían caído antes bajo su maldición, quedaron curados. Y nadie, desde entonces, se atrevió a provocar nunca su cólera, por miedo a que los maldijese, y los hiriese de enfermedad.
Niño caído de una terraza
IX 1. Algunos días después, Jesús jugaba en una terraza, sobre lo alto de una casa, y uno de los niños que jugaba con él, cayó de la terraza, y murió. Y, Viendo esto, los demás niños huyeron, y Jesús quedó solo. 2. Y, habiendo llegado los padres del niño muerto, acusaron a Jesús de haberlo hecho caer. (Jesús les dijo: Yo no hice tal.) Y lanzaron invectivas contra él. 3. Mas Jesús se tiró de la terraza abajo, se detuvo cerca del cuerpo del niño caído, y gritó a gran voz, diciendo: Zenón (porque tal era su nombre), levántate, y dime: ¿Soy yo quien te hizo caer? Y, habiéndose levantado inmediatamente, el niño repuso: No, Señor, tú no me has hecho caer, sino que me has resucitado. Y los espectadores del lance quedaron conmovidos de asombro. Y los padres del niño glorificaron a Dios por el milagro cumplido, y adoraron a Jesús.
Resurrección de un joven
X 1.Pasados otros cuantos días, un joven cortaba leña en las proximidades del pueblo. Y he aquí que su hacha le hendió la planta del pie, y murió, por haber perdido toda su sangre. 2. Y, como ello produjera una aglomeración y un tumulto de gentes, el niño Jesús corrió también allí, y, haciéndose sitio, atravesó la multitud, y tomó el pie herido del joven, que en seguida quedó curado. Y dijo al joven: Levántate, sigue cortando leña, y acuérdate de mí. Y la multitud, al ver lo que había pasado, adoró al niño, diciendo: Verdaderamente, el espíritu de Dios reside en ti.
Jesús en la fuente
XI 1.Y, cuando tenía seis años, su madre le dio un cántaro, y lo envió a tomar agua, para llevarla a casa. Pero, habiendo tropezado el niño con la multitud, el cántaro se rompió. 2. Entonces Jesús, extendiendo la túnica que lo cubría, la llenó de agua, y la llevó a su madre. Y su madre, reconociendo milagro tal, lo abrazó, y guardó en su corazón los misterios que veía cumplidos.
Milagro del grano de trigo
XII 1.Otra vez, en la época de la siembra, el niño salió con su padre para sembrar trigo en su campo, y, mientras su padre sembraba, el niño Jesús sembró también un grano de trigo. 2. Y, una vez lo hubo recolectado y molido, obtuvo cien medidas y, llamando a la granja a todos los pobres de la aldea, les distribuyó el trigo, y José se quedó con lo que aún restaba. Y Jesús tenía ocho años cuando hizo este milagro.
Milagro de las dos piezas de un lecho
XIII 1. Y su padre era carpintero, y hacía en aquel tiempo carretas y yugos. Y un hombre rico le encargó que le hiciese un lecho. Mas, habiendo cortado una de las piezas más pequeña que la otra, no sabía qué partido tomar. Entonces el niño Jesús dijo a su padre José: Pon las dos piezas en el suelo, e iguálalas por tu lado. 2. Y José procedió como el niño le había indicado. Y Jesús se puso al otro lado, tiró de la pieza más corta, y la tomó igual a la otra. Y su padre José, viendo tal, quedó admirado, y abrazó a Jesús, diciendo: Felicitarme puedo de que Dios me haya dado este niño.
Relaciones con un segundo maestro
XIV 1.Viendo José que el niño crecía en edad y en inteligencia, y no queriendo que permaneciese iletrado, lo llevó a un segundo maestro. Y este maestro dijo a José: Le enseñaré primero las letras griegas, y luego las hebraicas. Porque el maestro conocía la inteligencia del niño. Sin embargo, después de haber escrito el alfabeto, se ocupó largamente de él, y Jesús no le respondió, hasta que le advirtió: 2. Si eres verdaderamente un maestro, y conoces bien el alfabeto, dime primero el valor de Alpha y yo te diré luego el de Beta. Pero el maestro, irritado, le pegó en la cabeza. Y el niño, en su dolor, lo maldijo, y aquél cayó exánime, con la faz contra tierra. 3. Y el niño volvió a casa de José, que quedó muy afligido, y recomendó a su madre: No le dejes pasar la puerta, porque cuantos lo encolerizan, quedan heridos de muerte.
Jesús confunde a un tercer maestro
XV 1.Y, algún tiempo después, otro maestro que era pariente y amigo de José, le dijo: Tráeme al niño a la escuela, que quizá podré por la dulzura enseñarle las letras. Y José le contestó: Si tienes valor, hermano, llévalo contigo. Y lo llevó con temor y repugnancia, y el niño iba con placer. 2. Y, entrando decididamente en la escuela, encontró un libro sobre un pupitre, y, tomándolo, no leía los caracteres que en él se encontraban, sino que, abriendo la boca, hablaba conforme a la inspiración del Espíritu Santo. Y enseñó la Ley a los presentes. Y, juntándose una gran multitud, lo rodeaba, lo escuchaba, y se admiraba de la belleza de sus descripciones, de lo justo de sus discursos, y de que un niño como él se expresase de tal manera. 3. Al oír esto, José, espantado, fue a la escuela, temiendo por la salud del profesor. Y el maestro dijo a José: Sabe, hermano, que yo he tomado al niño por discípulo, pero está lleno de sabiduría y de gracia. Condúcelo, yo te lo ruego, a tu domicilio. 4. Y, cuando el niño hubo oído estas palabras, sonrió. y le dijo: Puesto que has hablado bien, y has dado un buen testimonio, sea por tu causa curado quien fue herido. Y en seguida el otro maestro fue curado. Y José volvió con el niño a su casa.
Jacobo, curado de una mordedura de víbora
XVI 1.Y José envió a su hijo Jacobo a cortar madera, el niño Jesús lo seguía. Y, mientras Jacobo trabajaba, una víbora le mordió en la mano. 2. Y, como sufría y parecía herido de muerte, Jesús se aproximó, y le sopló en la mordedura, y en seguida cesó el dolor, y murió el reptil, y, al instante, Jacobo quedó sano y salvo.
Resurrección de un niño
XVII 1.Más tarde, murió un niño en la vecindad, y su madre lloraba mucho. Y Jesús oyó el clamor de su gran pena y se apresuró a acudir. Y, hallando al niño muerto, le tocó el pecho, y dijo: Yo te mando, niño, que no mueras, sino que vivas, y que te quedes con tu madre. Y en seguida el niño abrió los ojos, y sonrió. Y Jesús dijo a la mujer: Tómalo, y dale leche, y acuérdate de mí. 2. Y, viendo esto, la gente se llenó de admiración, y decía: En verdad, este niño es un Dios o un ángel de Dios, porque toda palabra suya se convierte en un hecho. Y Jesús se fue a jugar con los demás niños.
Resurrección de un hombre
XVIII 1. Algún tiempo más tarde, habiéndose producido en una casa que se construía un gran tumulto, Jesús se levantó, y acudió al lugar. Y, viendo a un hombre que yacía sin vida, le tomó la mano y dijo: Levántate, hombre, y continúa laborando en tu obra, pues yo te lo ordeno. Y el hombre se levantó, y lo adoró. 2. Viendo lo cual, quedó la gente admirada, y decía: Este niño viene del cielo, porque ha salvado almas de la muerte, y las salvará durante toda su vida.
Jesús en medio de los doctores
XIX 1.Cuando tuvo la edad de doce años, sus padres, siguiendo la costumbre, fueron a Jerusalén por las fiestas de Pascua con otros compañeros de viaje, y, después de las fiestas, regresaron a su morada. Y, mientras ellos volvían, el niño Jesús quedó en Jerusalén, y sus padres pensaron que estaba entre sus compañeros de viaje. 2. Mas, tras una jornada de camino, buscaron entre sus deudos, y, no hallándolo, se afligieron, y tomaron a la ciudad para buscarlo. Y, tres días después, lo hallaron en el templo, sentado entre los doctores, escuchándolos e interrogándolos. Y todos estaban atentos y sorprendidos de que un niño redujese al silencio a los ancianos del templo y a los doctores del pueblo, explicando los puntos principales de la Ley y las parábolas de los profetas. 3. Y su madre María, aproximándose, le dijo: ¿Por qué nos has hecho esto, hijo mío? He aquí que estábamos afligidos, y que te buscábamos. Pero Jesús les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabéis que es preciso que yo atienda a las cosas que afectan a mi Padre? 4. Y los escribas y los fariseos dijeron a María: ¿Tú eres madre de este niño? Ella respondió: Lo soy. Y ellos dijeron: Feliz eres entre las mujeres, porque Dios ha bendecido el fruto de tus entrañas. Nunca hemos visto ni oído tanta gloria, tanta virtud, tanta sabiduría. 5. Y Jesús, levantándose, siguió a su madre, y estaba sometido a su familia. Y su madre guardaba estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia. Gloria a él por los siglos de los siglos. Amén.
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